jueves, 31 de diciembre de 2020

Este año

El año que nos mostramos vulnerables, que sentimos miedo.

El año que oímos el silencio.

El año que desnudamos nuestra alma, dijimos más te quiero sin vergüenzas. 

El año de las pantallas. 

El año que fuimos solidarios, que nos ayudamos, que nos pusimos en la piel del otro.

El año más casero, más familiar. 

El año que nos echamos de menos.  El año que más separados estuvimos pero más juntos que nunca.

El año que se paró la normalidad, que sentimos las pequeñas grandes cosas de la vida. 

El año de la salud. El año de los aplausos. 

El año que también fuimos fuertes, que nos levantamos al caer, que nos reinventamos, que modificamos los planes, que nos adaptamos.

El año que aprendimos.

El año que soñamos con lo que teníamos y que anhelamos volver a tenerlo.

El año que iba a ser redondo, que iba a rememorar los felices años 20, que discutíamos si empezamos nueva década o no. El año que sentimos que no podía ser peor año y nos dio miedo desear un feliz año nuevo. Pero lo será, a poco, y entraremos en 2021 con todo lo bueno que sacamos de este mal año.





sábado, 26 de diciembre de 2020

La vida en colores

Sola, escuchando atenta las palabras de la doctora. Su mente viaja, sale de esa pequeña consulta. Se oyen las teclas del ordenador mientras escribe. Pero ella sólo mira su manicura perfecta. Rosa. 

Como el lazo solidario.

Le animó, no eran tan malas noticias. Le insufló energía como se hace con los globos del poster gigante que había detrás. Rosas. Como el algodón de la feria, dulzura, inocencia, romanticismo.

Días de blanco, limpio, puro, bondad. Ángeles de bata blanca que iluminan a su paso, como las luces de Navidad. Y uno en particular, como un ángel de la guarda que te acompaña. 

Otra vez el pensamiento viaja y se va al Caribe. Al sol, siempre le ha gustado el calor y fuera hace mucho frío estos días. Pero siente la calidez, la energía.

Un rato en verde, esperanza, tranquilidad. Hasta que oye una voz y una sonrisa se dibuja en su cara. Se cierran los ojos. Se abren, ahí sigue, a su lado. Azul confianza, calma, protección. Salud.

Dicen que en la oscuridad aparecen las estrellas y estas han brillado con fuerza, desde muy distintos puntos, cerca o lejos. Resplandecientes. Amarillo luz, alegría, vitalidad. Optimismo.

Ir a casa a brindar. Es Navidad, con su magia e ilusión. Con su espíritu de paz y amor.

Con sus luces. De colores.



viernes, 4 de diciembre de 2020

Visitas

 A Jorge le gustaba mucho su trabajo en la residencia de ancianos, les cuidaba con mimo como lo haría si tuviese a su madre cerca. Sara era una de sus preferidas, llevaba ya varios años allí y conocía a toda su familia. Lo que más le gustaba era cuando podían ir todos, hijos y nietos, y se iban juntos de paseo con Sara. Ella ya no sabía en qué día vivía, por eso Jorge no entendía cómo adivinaba esas visitas que le daban la vida. Hoy tendría que ser uno de esos días, así que Jorge intuía que Sara estaría en su habitación intentando vestirse sola. Allí estaba, preparada a su manera, sentada en la cama con ese tic nervioso moviendo las piernas. Jorge la miraba desde la puerta, incapaz de darle la mala noticia de que ya no podían recibir visitas. 


#HistoriasCOVID para Tú, también yo, dentro del proyecto Bio-Tech Soy+