martes, 12 de enero de 2021

Nostalgia

La nieve en fin de semana y las vacaciones escolares han alargado las navidades, y, eso, unido a unas navidades tan diferentes, hace que tarde en sentarme a escribir en este nuevo año. 

Año de nieves, año de bienes. Ojalá. Pero como ya he dicho otros años, y más viniendo de este 2020, sin expectativas. 

Ahora que me he hecho mayor -tengo ya que admitirlo- reconozco que es la época que más nostálgica me pongo, que más recuerdos me trae de navidades infantiles, abuelos, regalos, sorpresas... Pero como son fotografías bonitas, no me importa, es más, me encanta. Bien lo sabe quien bien me conoce, a pesar de las dificultades de los años. Quizás sea que los niños te dan la oportunidad de revivirlas o quizás es que es el momento perfecto para volver a ser niño. 

No me cansaré de agradecer a mi familia tan buenos recuerdos. Aunque haga ya tres años que no pueda felicitar a mi abuela por su cumpleaños, no me olvido la cantidad de días 6 de enero tan buenos que pasé por llamarse Baltasara. Parece que la estoy viendo, colgada del teléfono, diciéndole a la gente que la felicitaba, que nosotros teníamos enchufe con el rey Baltasar y por eso venían siempre muy cargados. ¡Qué gran día! La mesa del salón llena de paquetes para todos, mi bisa diciéndome que no me olvidase de felicitar a la abuela antes de abrir los regalos, el roscón, la familia... 

Pero con el paso de los años, además de la añoranza, también me siento muy orgullosa. Hay cosas que sin duda me faltan, pero hay muchas que las hemos continuado hasta convertirse en tradiciones de esas que no dejo que caigan en el olvido. Así que sí, estoy muy satisfecha de mí misma (aunque suene mal decirlo) y de muchos pajes a mi alrededor que conservan esa magia. La ilusión de estas fechas no tiene edad. 

"Si pudiéramos ver el mundo con los ojos de un niño, veríamos la magia en todo". Lo he dicho siempre, la magia es ilusión y para mí esa es la palabra que define estos días. Por eso mi deseo para ti que estás leyéndome es este: no dejes nunca de creer. 




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