Septiembre es melancolía, es morriña, es rutina, es vuelta a la normalidad. Es volver a los horarios, a llevar reloj en la muñeca, a acostarse pronto, a poner el despertador. Añorar las noches de verano en la calle y los paseos con luz a las diez de la noche. Melancolía.
Es atardecer, es color anaranjado, hojas caídas, color ocre. Últimos rayos de sol y calor. Melancolía.
Es fiesta, conciertos, carruseles, gastronomía, teatro. Es pueblo, primos, cenas, desfiles, música. Últimos coletazos del verano, de salir, de bailar. Melancolía.
Es recoger el jardín, sacar la chaqueta, comprar ropa otoñal, acomodarte en el sofá, resguardarte en un fular, esconder el moreno y volverte a maquillar. Melancolía.
Es estrenar cuadernos, hojas en blanco, todo por escribir. Es colegio, uniformes, trabajo, agendas. Es volver a clase, apuntarse a actividades nuevas o retomar viejas. Melancolía.
Son los propósitos de año nuevo, es dieta, deporte, estudiar... Es volver. Melancolía.
Es soñar despierto y añorar el mar, sacar las fotos de verano y hacer planes de otoño. Es quedarse en casa, volverse hogareño y familiar. Melancolía.
Y ponerte a tono con las canciones del verano, y luego fastidiarlo con las cenas de amigas y compañeras!!! A por ello!!!
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