Martes. Era el día de la semana que ambas esperaban porque iban juntas al mercado y después se daban un capricho dulce en aquella pastelería de al lado. Pero esa vez sería la primera que una de ellas no podía pagar la compra y puso una excusa para no ir.
Ya había acudido al banco de alimentos, pero no se lo había dicho a su amiga.
A última hora de la mañana llamaron al timbre y en la puerta había una caja con fruta, verdura, pan y pastelitos. Y una nota: "Seguiremos endulzando la vida juntas".
Concurso de microrelatos de EAPN (Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social
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