Todos los días en su camino a clase veía a ese hombre en el suelo entre cartones. En los días malos de invierno, pensaba en el frío que tendría.
Su madre siempre pasaba de largo casi sin mirarle. Sin embargo, unos pasos más allá, se paraba puntual con la señora que estaba en la puerta del colegio. A veces sólo a charlar, otras le daba algo de dinero, incluso le llevaba algo de comida en la bolsa del almuerzo.
Nunca entendí la diferencia entre los dos.
Nunca pensé que la vida a veces golpea a quien más queremos.
Concurso de microrelatos de EAPN (Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social
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