jueves, 25 de febrero de 2021

Haz más lo que te hace feliz

Un ratito en el jardín leyendo al sol me dio por pensar qué necesarios eran esos momentos de calma. Para cada uno el suyo, pero buscar un momento al día para despejar la mente, por el simple hecho de fluir, relajarnos y reconectar. 

Omitiendo la parte egoísta de este asunto que nunca me ha gustado, creo que es importante estar bien con uno mismo para poder estarlo con los demás. Para algunos será obvio, pero para otras personas se trata de egocentrismo o individualismo. De hecho, más de una vez lo he sufrido en mis carnes reprochándome tener tiempo y/o no tener hijos. Nada más lejos de la realidad. Conozco amigas que son madres pero no por ello descuidan sus hobbies y también personas con tiempo que no lo emplean nunca en sí mismas. 

Me parece natural que a lo largo de la vida no sean siempre las mismas actividades de ocio, ni incluso en la misma semana. Ciertas veces te apetecerá zambullirte en las páginas de un libro y otras este permanece demasiados días en la mesilla. Algunas jornadas querrás salir a pasear o a correr y en otros momentos el yoga y la meditación llegaron a tu vida. Habrá situaciones en que necesites subir el volumen de la música y bailar y otras en que será mejor hacer punto con tranquilidad en casa. 

Incluso cada uno buscará a lo largo del día o de la semana "su momento": quizás es mejor ver una serie por la noche pero madrugar para hacer deporte, tejer el sábado y cocinar los domingos. 

Habrá ocasiones para todo, pero debemos crearlas. Sino, la cabeza explota, no le caben más ideas a la olla a presión. Así que ábrete una cerveza, saca la creatividad a flote o haz deporte, cose, tómate un café con una amiga, camina con tu perro, entrena, coge un libro, enciende la televisión, escucha música, visita un museo, asiste un curso, cena en un restaurante, ve de tiendas, juega a las cartas o pinta acuarelas. Pero reserva un hueco en la agenda. Haz lo que sea que te hace feliz. 



sábado, 13 de febrero de 2021

Amigos

Crecí rodeada de amor, entre algodones de besos y atenciones de mis padres y el resto de mi familia que me sujetaba de la mano para no caer. Gracias. 

Cuando te haces mayor ya no es tan fácil, hay amistades que se diluyen sin más motivo que el paso del tiempo, hay compañeros de trabajo pero no amigos, hay personas interesadas que creías amigos, hay simples conocidos y compromisos, y hay colegas que se convierten en decepciones. 

Pero también hay nuevas amistades que aparecen en el camino, reencuentros de viejos amigos, parejas de amigos y amigos de tu pareja, familiares que son amigos y amigos que son familia. Gracias. 

Hay brindis verdaderos, cafés que reconfortan, tartas hechas con amor y regalos envueltos en afecto. Gracias.  

Hay mensajes que llegan al alma, te quieros sinceros, llamadas interminables y fotos enviadas como caricias. Gracias.

Hay personas con las que ríes hasta llorar y sabes que puedes llorar sobre su hombro. Gracias.

Hay días brillantes con bailes de fiesta y hay días oscuros con preocupaciones por doquier. Hay momentos de angustia en los que solo quieres llorar y hay instantes de felicidad que se hacen grandes si los compartes. 

Al final, se trata de quien está contigo en las dos caras, no de quien apareció antes o después, sino de quien nunca se fue. Gracias.