lunes, 25 de enero de 2016

Placeres de invierno

Suelen decir que "9 meses de invierno y tres de infierno", aunque ya ni eso con los cambios de tiempo porque vaya suave que está siendo este invierno. Ya lo dije en el post de los placeres de otoño, y muchos se repiten porque la verdad es que otoño, por lo menos en Valladolid, solemos tener poco.

Lo que más me gusta es la ropa de invierno cálida, los gorros y bufandas, los abrigos calentitos, los calcetines y las zapatillas para andar por casa. Y hablando de estar en casa, adoro el momento de la noche, de venir del trabajo o del gimnasio, ducharse, ponerse cómodo y cenar en el sofá viendo la televisión. Aquí se incluyen muchos de mis placeres de este tiempo: una ducha caliente, los pijamas, zapatillas, la combinación manta-sofá-TV y meterse en la cama suave.

Las cenas en casa con los amigos en invierno también me gustan mucho. A quien le guste cocinar -a mí no mucho- hornear tiene que ser una delicia seguro. Y hablando de comida, los platos de cuchara, un Cola Cao caliente, un chocolate con churros...son satisfacciones de esta época.

Una tarde en el cine también parece que apetece más en invierno, y sino, los juegos de mesa, un buen libro que te enganche, o aficiones para hacer en casa, manualidades, pintar, tejer, coser...a mí me gusta el scrapbooking -que ya explicaré en otro post este hobby-.

A quien le guste esquiar o patinar sobre hielo, la nieve es una auténtica diversión de invierno. Yo no sé esquiar, pero me gustan los paisajes blancos. En Valladolid somos más niebla y cencelladas preciosas de esta época. Pero lo que no soporto -esto podría llamarse un "disgusto de invierno"- son las tardes lluviosas.

Por último, las escapadas rurales. Los últimos años hemos hecho visitas a sitios más invernales: Asturias, Navarra, Logroño, Huesca, Teruel...a pasar frío y conocer sitios con la bufanda puesta. Aunque este año hemos viajado más lejos: Viena. Esta ciudad ya es bonita de por sí, pero verla en diciembre, iluminada con muchísimas lucesy los mercadillos llenos de puestos de bolas y adornos navideños ha sido mi auténtico placer de invierno.



domingo, 17 de enero de 2016

De viaje con mi perro

Para quienes tenemos animales y nos gusta viajar, el hecho de ir con ellos de vacaciones cierra un círculo perfecto. Casi perfecto, si tenemos en cuenta los pocos medios de transporte donde pueden viajar o que algunos hoteles y bares no tienen permitida la entrada.

La primera vez que hicimos un viaje fue con nuestra anterior perrita, cuando descubrimos lo que le gustaba ir en coche. Iba tan feliz en el maletero, mirando por la ventana de atrás. Fuimos a Asturias, había reservado un hotel que admitía perros pero cuando llegamos allí, nos cambiaron a otro que acababan de abrir nuevo. No una casa rural, ni un apartamento, una habitación de hotel nueva. Digo esto porque en viajes posteriores, curiosamente, he tenido más problemas en otros tipos de alojamientos más que en hoteles de tres y cuatro estrellas. Yuma, como ahora Tango, se porta fenomenal en los viajes. Sale a ver la ciudad con nosotros, pateamos, buscamos un sitio con terraza para comer, nos intercambiamos al perro para entrar a ver las iglesias y vuelve a la habitación igual de cansado que nosotros. E igual de feliz. Para mí es un placer estar con él todo el tiempo y compartir un fin de semana de ocio y turismo.

Después de ese viaje, hemos visitado juntos muchos más. Obviamente hay sitios donde no puede entrar o donde no se nos ocurre llevarlo, pero incluso en algunas tiendas en algunas ciudades me han dicho que pasara con él. Por supuesto, agradezco también a todos aquellos familiares de fuera que también han admitido a mis perros cuando he ido a visitarlos a casa.

Una vez leí un cartel que se admitían perros en el hotel porque ellos nunca llegaban borrachos, ni habían tenido broncas ni juergas, ni habían robado toallas como hacen otros huéspedes. Lo mismo ocurre en las playas. En la mayoría de ellas no están admitidos los animales, ni siquiera pueden correr por la arena por la mañana cuando no hay gente. Es una suerte que muy cerca de donde veraneo haya una playa can donde pueda juntar dos placeres: estar con mi perro y tomar el sol en la playa. Y cumpliendo unas normas básicas de comportamiento y limpieza, se portan mejor que muchos humanos.

Por el tamaño de ambos perros no puedo viajar con ellos en autobús ni en tren - Sandra Barneda comenzó una campaña recogiendo firmas para pedírselo a Renfe- , por lo que el coche es el único medio de transporte que hemos utilizado, a pesar de que a Tango le da miedo. Dice mi veterinaria que quizás en su día lo abandonaron en el campo en coche y ahora le genera estrés. Aunque con todos los sitios donde lo he llevado ya, y lo bien que lo pasa cuando llegamos a destino, debería haber aprendido que no lo voy a dejar, que me encanta que venga con nosotros y que vayamos de vacaciones. Juntos. ¡Feliz San Antón!



domingo, 10 de enero de 2016

Feliz año

Este desbarajuste de fechas, cenas, familia, brindis y regalos me ha llevado a que estemos a día 10 y ni siquiera os haya podido felicitar el año. Muy mal. En mi defensa diré que, como estos primeros días de enero seguía vigente el post de la magia de los Reyes, me dije que podía esperar al siguiente fin de semana que volvía todo a la normalidad.

Yo oí ruidos en el salón, como cuando era niña, y no me quise levantar para que no se marcharan con mis regalos, que como siempre, han sido muchos. Mi abuela, a quien debo en parte mi nombre, nació el día de Reyes, por lo que se llama Baltasara. Cuando al levantarnos en su casa cada 6 de enero, el salón estaba repleto de paquetes, ella siempre decía que teníamos enchufe con Baltasar, por eso siempre ha sido mi Rey. Y vaya que si el enchufe continúa, ¡en mi casa había muchas sorpresas! No cambio este día por nada. En mi memoria siguen intactos muchos recuerdos de mi infancia, que me asaltaron cuando felicité a mi abuela por teléfono por su 92 cumpleaños. Lo que más me alegra, además de poder seguir felicitándola, es mantener esa ilusión de cría. No me olvido de agradecer a mi paje que siempre hace este día tan especial y a todos aquellos que continúan creando la magia de estos días.

Como cada fin de año, leí por las redes sociales muchos balances. A mí no me gusta mucho hacerlo, aunque este año ha sido diferente, raro, pero también bueno, por qué no. He tenido un poco de todo, bodas, muy buenos viajes, vacaciones, el fin de una etapa, emprender nuevos proyectos...En verano me dijeron que "muchas veces que las cosas no salgan como esperamos, es lo mejor que nos puede pasar". Y es verdad. Por eso, yo hace tiempo que no hago los buenos propósitos de año nuevo. Dejo de la vida me sorprenda, poque he comprobado que en un minuto todo vuela por los aires y te da la vuelta a tus planes.

Aunque también está bien poner nuestro granito de arena para acercarnos a aquello que queramos conseguir. Porque creo que la actitud es muy importante. Por eso, brindo no sólo por que tengáis un buen año, sino por que lo afrontéis con una sonrisa, que no dejéis de sonreir, de disfrutar, de vivir.