martes, 29 de diciembre de 2015

Magia


Cuando dejas de creer, dejan de existir. Eso es lo que creo que ocurre estos días navideños, si le quitas la magia a los Reyes Magos dejan de venir. ¿Para qué, si no crees en ellos? La magia es ilusión, pero no sólo la de los niños. Es cierto que con pequeños en casa todo se vive más intensamente, pero yo no tengo hijos (y hasta hace bien poco, tampoco sobrinos) y para mí el día de Reyes siempre ha sido especial. Lo hacemos especial. No entiendo ni comparto esa idea de sólo regalos para los pequeños ¡a mí también me gustan los regalos! y como dije otra vez, me gusta regalar y que me regalen. No podría entender levantarme el día 6 de enero y tener el árbol vacío. Me deprimiría ya para el resto del año.

Esto también significa que si vas de compras por obligación, sin ilusión, dejas de creer y entonces, dejan de existir. Y eso es una pena. O yo lo veo así. Cuando no piensas lo que le gustaría al otro que le trajeran los Reyes, sino que vas a "quitarte el marrón", sólo ves un centro comercial a rebosar, un montón de gente, prisas, un dineral, se te echa el tiempo encima y no encuentras nada.

Luego la gente es muy libre de comprar la tienda entera o una cosa pequeña. Una sorpresita, como digo yo. Que no hace falta llegar con el paquete más grande, a veces -muchas veces, casi siempre- cuentan más los pequeños detalles. Algo que una vez dijiste, que ni siquiera está apuntado en tu carta a los Reyes, pero que ya sabes que va a gustar.

Por eso no me gusta nada el típico comentario de "no necesito nada" o "no sé qué cogerle porque tiene de todo". Pues sí, gracias a Dios tenemos de todo. Todos tenemos de todo. Por eso cuentan más los detalles, las sorpresas. Porque los Reyes para mí traen caprichos, no cosas que necesites. Y lo que peor me sienta del mundo es que me quiten la ilusión a mí. Esta mañana he ido a hacer de paje real y he escuchado frases como "la verdad que yo porque tengo un sobrino pequeño, que sino..." o "ale, otro listo, qué bien que ya solo me queda uno" o "yo ya vengo a las rebajas y cojo más cosas". Y el último que me han dicho: "vaya líos te buscas". Pues sí, me busco y me encuentro o no lo encuentro, pero lo he buscado con ilusión, con interés, con magia.



viernes, 25 de diciembre de 2015

Feliz Navidad

Sólo una pequeña entrada para desearos a todos unas felices fiestas con este arbolito que me mandaron por whastapp y que parece hecho a propósito para este blog.

Sigue estos buenos consejos, aunque a veces cueste, lo sé, pero es la esencia de la Navidad. Unos simples verbos que conducen a la felicidad.



domingo, 20 de diciembre de 2015

Estilo

¿El estilo nace o se hace? Yo creo que se nace con él, aunque todo se puede mejorar. Se puede aprender moda, pero hay que tener personalidad para llevar la ropa. Y hacerlo tuyo, imprimir carácter. La clase, la elegancia es innata. La prueba es el dinero, todos conocemos a famosos ricos que son horteras por mucho que su ropa cueste un dineral. Y, al contrario, gente normal, con poco presupuesto, que encuentra auténticas gangas en mercadillos y lo luce como si fueran de marca.

Y además del dinero y del estilo, hay que saber estar. Quiero decir, no se puede ir al fútbol con tacones ni pisar una alfombra roja en playeros, por la misma razón que no sales a la calle en pijama y zapatillas. Eso es algo que no me gusta de la gente: al estadio se va en chándal, vaqueros, playeros, sudarera y si puede ser con la camiseta del equipo, mejor. Y a una gala se saca del armario tu mejor vestido o traje y te subes a un taconazo, que un día es un día.

No hay que aprender protocolo, simplemente hay que saber unas normas básicas, que son más bien de sentido común. Soy de las que sigo respetando ese código de que a una boda no se va de blanco ni de negro, los tiros largos se dejan para las ceremonias de noche y los tocados para las de mediodía. Es lógico, porque ¿de qué sol te protege una pamela en una boda de tarde? Los hombres de traje o si me apuras, pantalón de vestir y camisa, nada de camisetas en una ceremonia. Tampoco se va con colores estridentes a un funeral, no digo que se tenga que ir de negro riguroso como antaño, pero no me parece dar el pésame a un familiar que está triste vestido con jersey rojo.

E igual que nuestra forma de hablar o de escribir, la de vestir dice mucho de nuestra personalidad. Cada uno con la suya, todas igual de válidas, no voy a entrar en tópicos. Al final, es otra característica más de nosotros que nos distingue y que marca la diferencia. Y el estilo, sin duda, nos define.



lunes, 14 de diciembre de 2015

Pro Navidad

Sé que a mucha gente no le gusta la Navidad, como a otros no les gusta la Semana Santa ni a otros el calor del verano. Sé que muchos es porque han perdido a alguien muy cercano y lo echan de menos, más si cabe, en estas fechas y contra eso no tengo argumentos.

Pero a los demás no entiendo que no pueda gustarte ese espíritu navideño que nos invade cuando llega diciembre. Las ciudades iluminadas de colores, la gente comprando con ilusión pequeños detalles -aviso, esto será otro post-, los dulces de Navidad y el champán, las familias reunidas, los amigos brindando, la esperanza de que el próximo año sea mejor, los escaparates adornados con esmero, esa solidaridad que hace que por unos días seamos más buenos, los villancicos y la cena de Nochebuena, esos buenos deseos de paz y amor, la ilusión en los ojos de los niños, abrir los regalos, ver la Cabalgata, bailar en Nochevieja, llamar a amigos que hace tiempo que no hablas o mandar una felicitación, jugar un décimo de lotería y ver el sorteo esperando la suerte, volver a picar y comprar algún adorno más para la casa ...
Uf no sé, ¡se me ocurren tantas cosas!

Pero parece que está moda decir que no te gusta, otra vez los "quejosos", es como luchar contra corriente, que te miren raro por cruzar España para abrazar a tu abuela o por romperte la cabeza pensando un regalo en lugar de hacerlo por compromiso, por poner ilusión en cada paquete, por adornar la mesa con mantel navideño, por dar un beso al de al lado cuando suenan las campanadas, por dar comida a quien no la tiene estos días, por poner el árbol y el Belén en casa, y por qué no, también por la nostalgia de acordarte de los que no están y de otras Navidades pasadas, cuando éramos niños, cuando creíamos en los Reyes, cuando creíamos en la magia de la Navidad. Creo que esto es muy importante para no olvidarnos de esa inocencia ni esa ilusión. Ésa es mi palabra para la Navidad: ilusión.

Así que voy a poner muchas luces y adornos e invitar a mis amigos y poner el árbol y el Belén y estar con la familia y brindar para que sepan que en esta casa nos gusta la Navidad.


lunes, 7 de diciembre de 2015

Maleta

La maleta se llena de "por si acasos". Siempre, da igual que sea verano que invierno, que vayas de viaje de trabajo o de ocio. Por si llueve, por si hace frío, por si el hotel tiene piscina, por si hay una cena más arreglada...La maleta es eso que llenas de ilusión antes de irte y que cuando vuelves te da pereza deshacer porque la lavadora con la ropa sucia te devuelve a la cruda realidad: has vuelto.

Hay gente muy ordenada haciendo maletas, que lo apunta todo, que la prepara días antes, en cambio otros improvisan, otros apenas necesitan media hora, otros llenan la cama de ropa antes de meterla en la maleta...Hay maletas de vacaciones, que llenas con ganas de descansar, otras son viajes de negocios, con ropa más elegante de trabajo, otras maletas llevan vestidos de boda y tacones, otras sólo bikinis para tirarse en la playa, maletas de mano, maletas para cruzar el océano... Todas ellas siempre llevarán más de lo que te pondrás, incluso a veces más de lo que cabe. No será la primera vez que ves a alguien tirado en el suelo del aeropuerto jugando al tetris con la maleta.

En casa he visto mucho hacer maletas -por trabajo y por vacaciones-, me sé los consejos de memoria y también he leído varios trucos y, aunque algunos los pongo en práctica y otros ya los sabía, el "por si acaso" y la ropa que vuelve intacta no falla nunca. Depende del destino, del clima y de la duración, pero ahí van unos consejos: lo que pesa más se pone abajo junto con el neceser, también abajo para que si se sale algún líquido no manche toda la ropa, aprovechar lo huecos de los zapatos (que siempre irán en bolsas independientes para no ensuciar) para meter otras cosas y que vaya quedando compacta, ropa enrollada que ocupa menos, blusas y vestidos lo último para que no se arrugue, los cinturones estirados al borde de la maleta, colores neutros que combinan con todo, ropa cómoda y versátil y llevar puesto lo que ocupe más.

Los accesorios también es otra cosa que metes por si acaso y muchas veces no te pones, bolsos, collares, pulseras, bufandas...luego vamos con lo mismo todos los días. Yo ya tengo adjudicados bolsos de viajes, que como digo yo, conocen mundo. ¿Qué decís de lo que ocupan los zapatos? ¿y las botas? Por eso siempre llevo sólo un par de repuesto, que suele ser zapato bajo o calzado deportivo. No entiendo la gente que va a patear una ciudad con tacones.

Un conjunto básico y ropa interior en la bolsa de mano si facturas no vayas a tener la mala suerte de que te lo pierdan. Un fular que siempre te saca de un aprieto si tienes frío en el avión o tren. A todo esto, hay que dejar hueco por si vuelves con algo de más... ¡ay esos caprichitos! No olvidar una bolsa vacía para la ropa sucia, el cargador del móvil y la cámara de fotos.

Y lo más importante, llenarla con ganas de hacer turismo, de desconectar y de disfrutar. ¡Os dejo que yo estoy llenando la maleta de ilusión!


lunes, 30 de noviembre de 2015

Valladolid

Ya lo digo en mi perfil, soy muy de Valladolid. Esto quiere decir que me gustan muchas cosas de mi ciudad y presumo de ellas -otras no, por supuesto, pero esas las obviaremos de momento-. Dicen que somos fríos como el clima, secos de primera impresión, pero cuando se nos conoce somos leales, de fiar, de tradiciones.

El clima dice mucho del carácter de la gente y en Valladolid hace mucho frío, esto genera impronta desde pequeños. Si hay algo típico de Valladolid son sus nieblas, si no lo has visto nunca te costará entender que no veas el edificio de enfrente aunque sea una iglesia enorme. Y que se pase así horas, hasta bien entrada la mañana, muchos días seguidos, ocultanto ese maravilloso sol que cuando se quita la niebla brilla en un cielo azul aunque esté helando. Sí, es muy peligroso, sobre todo para conducir, pero a mí me gusta. Me encanta ese Valladolid fantasmagórico bajo la niebla, quizás porque es tan típico, tan nuestro. Y otro efecto metereológico que me encanta es la cencellada. Esas preciosas fotos con un manto blanco, que no nieve, son únicas.

Me gusta vivir en Valladolid. Me gusta que no sea una ciudad excesivamente grande ni demasiado pequeña. Me gustan sus monumentos, San Pablo y la Universidad son mis preferidos. Me gustan las tradiciones, presumo de la Semana Santa, de la Seminci y los Pingüinos, aunque no sea motera. Animo al Pucela y al Balonmano Valladolid, y aunque no soy de rugby, alardeo de tener esos equipos campeones.

Me gusta salir de tapas, me encanta el lechazo y el pan con denominación de origen. Me gusta que fuera capital del reino, que aquí se casaran los Reyes Católicos, la historia del bautizo de Felipe II, que muriera Colón, que tuviéramos a Delibes y a Zorrilla, que Concha Velasco sea de aquí, como Lola Herrera o Emilio Gutiérrez Caba.

Me gusta que tengamos una playa en el Pisuerga y los caldos de Rueda, Cigales y la Ribera del Duero, aunque a mí no me guste el vino. Vivo la Semana Santa, me da un escalofrío de orgullo pasar con la procesión por esa Plaza Mayor iluminada abarrotada de gente. Es el momento en que más invito a la gente de fuera a venir, aunque también puedes venir a ver esas nieblas y la cencellada o las luces de Navidad o a tapear o a las fiestas o..

Así que sí, como decían en aquella película: "soy una muchachita de Valladolid". Una orgullosa vallisoletana.



domingo, 22 de noviembre de 2015

Excusas gastronómicas

Los fines de semana suelo quedar con mis amigos...para comer. Hacemos una de esas excusas gastronómicas que planeamos para vernos, charlar, reír...y comer. Porque otra cosa no sé, pero en mi grupo se come, mucho, y sobre todo quedamos para comer. Bueno, más bien para cenar…Esto ya lo contamos en la última boda de unos amigos del grupo y los invitados se reían. No sé por qué...¿hay algo más español que quedar para comer? Así se cierran grandes contratos ¿no? Pues nosotros cerramos grandes fines de semana.

Solemos ver los partidos de balonmano y luego cenamos, celebramos nuestros cumpleaños con una rica cenita en casa del homenajeado. También celebramos los cumples de los peques merendando y probado tartas. Quedamos a brindar por Navidad pero antes cenamos. Celebramos Halloween y cenamos sopas de ajo y buñuelos. Inauguramos el verano en la piscina y después ¡barbacoa! Llegan las ferias de Valladolid y quedamos a las casetas a comer. Nos da igual ir a la feria del pulpo que ver un partido de fútbol con sus patatas fritas. Vamos a un mercadillo artesanal y picamos en los puestos de los dulces. ¿Y cuando fuimos a la casa rural? Cualquiera hubiera creído que iba a ver una guerra mundial: un arsenal de comida y otro de chucherías. Porque si algo es este grupo es goloso. Se muere y se mata por el chocolate y las gominolas.

No hay nada que se nos resista, pizzas artesanas en horno de leña, pollos asados, lechazo, tartas de hojaldre y chocolate, donuts...aunque también le damos a la comida basura en todas sus variedades. Cuando alguien se va de viaje, nos manda fotos de lo que está comiendo y a veces trae algo típico que luego degustamos todos en otra cena, claro está.

En realidad, no somos originales porque creo que es muy tradicional reunirse a la mesa y celebrar las cosas con una comida, por ejemplo el otro día quedé con un grupo de amigas que se llaman "las ñamies" y se reúnen también con "excusas gastronómicas". Es muy español quedar para juntarse y comer, cualquier evento importante lleva consigo una buena comilona...y un buen arrepentimiento después. El plan de la dieta se nos olvida en cuanto alguien propone una nueva quedada gastronómica. Y en el fondo, como dije en este post, son excusas para vernos, estar juntos, celebrar, compartir, disfrutar y vivir. ¡Brindemos!



lunes, 16 de noviembre de 2015

París

Siempre nos quedará París.

Reconozco que tenía otro post pensado pero no me parece que se pueda escribir de otro tema. No voy  a hablar de terrorismo, ni del miedo ni el dolor que sentimos todos a partes iguales, ni de política ni de religión. Ni siquiera de lo cerca que está, de que todos hemos pensado que podríamos haber sido nosotros, cualquiera que hubiera estado pasando el fin de semana de turismo, de Erasmus, trabajando, en un concierto, en un partido...en un tren de Madrid.

Alguien me dijo que todos deberíamos visitar una vez en la vida estas ciudades: Nueva York, Londres, Roma y París. Tengo la suerte de haberlas visto todas, tan distintas entre ellas, ¡todas me gustaron tanto! Pero si hay una que me fascina, casi hasta diría que es mi favorita, es París.

París es la única por la que al viajar me salto mi personal teoría de que "hay tanto mundo por ver, que por qué repetir"...Pues, no sólo he repetido, sino que he estado varias veces e iría una y otra vez. París siempre es una buena opción.

París es encanto, es glamour, es moda, es majestuosidad, es imperial, es esplendor.
París es bohemia, es arte, es cultura, es baile, es un traje de can can, es ópera, es un musical.
París es perfume, es dulce, es un croissant, es crepes de chocolate, es un café en una terraza.
París es la Torre Eiffel, un paseo por los Campos Elíseos, es Notre Dame, un crucero por el Sena, el barrio latino, es el Sacre Couer, el Arco del Triunfo, la Ópera, los Inválidos, el Louvre, Versalles, Montmatre, Disneyland.
París es la Marsellesa. Es libertad, igualdad y fraternidad.
París es la ciudad de la luz.
París es la ciudad del amor.



domingo, 8 de noviembre de 2015

Placeres de otoño

Otoño es sinónimo de paisajes con hojas secas. No hay más que escribir otoño en internet y sale miles de fotos de maravillosos bosques naranjas. Y aunque no es cierto que solamos ir todos los fines de semana a esos parajes preciosos, no es menos cierto que es lo que más me gusta de esta época del año: ese tono naranja del paisaje y las hojas caídas de los árboles, pisarlas, recogerlas, mirar los colores....Pasear también me gusta, ¡pero no bajo la lluvia!

Ademas, mis placeres de otoño son:

-Los platos de cuchara, sobre todo el cocido
-Andar por casa en calcetines
-Los jerseys.
-Las botas. Me gustan las botas altas y las de lluvia.
-Las pasminas, fulares y cuando hace más frío, las bufandas. Ya lo he dicho en otro post y para acompañar, bonitos sombreros y gorros de lana.
-Un café calentito
-Las castañas
-Dormir con pijama
-Una tarde de manualidades
-Escapadas otoñales a una casa rural
-Un domingo de sofá, manta, peli y/o libro. Quien tenga chimenea, perfecto, sino enciende unas velas.
-Se aproximan las Navidades con todo lo que eso conlleva, que también me gusta: las luces de las calles, salir de compras, los adornos, los catálogos, los dulces...

Dicho esto, vuelvo de un paseo con Tango por el monte, admirando las hojas después de haber comido un cocido. Hace 20 grados y brilla un sol que me da la vida después de unos días de lluvias. Dicen que es el veranillo de San Martín, así que bienvenido, porque si algo me gusta de verdad del otoño son esos días frescos pero soleados de cielo azul...primaveral.








domingo, 1 de noviembre de 2015

Celebrando

Es el puente de los Santos o de los difuntos, Halloween, el día del docente, la fiesta de la salchicha en la localidad vallisoletana de Zaratán...Muchas fiestas concentradas en pocos días, una bonita mezcla de calabazas, con flores, huesitos de santo, buñuelos, brujas, vampiros, salchichas... Así lo veo yo, un cóctel de tradiciones.

No me gusta la gente que se opone a Halloween porque sí, sólo porque no sea nuestro o no lo hayamos celebrado antes. Tampoco antes de vivir en Zaratán sabía que tenían esta fiesta tradicional y ahora hay una carrera, talleres de manualidades y degustación de salchichas y voy a ir a celebrarlo. ¿Qué es importada? Sí, como las hamburguesas y la Coca-Cola y no por eso dejamos de ir al McDonald's ni dejamos de comer un buen cocido. Tampoco me gustan los que se olvidan de las flores y buñuelos porque ahora haya invasión de negro y naranja. Está un poco hilado al anterior post de los amargaos, la queja por la queja, esos que protestan en verano por el calor y en invierno por el frío, en Navidad por los villancicos y en Carnavales por los disfraces.

Durante años he celebrado Halloween -cuando no lo hacía nadie- con mi grupo de amigos porque uno de ellos nos invitaba a una fiesta en la que adornaba la casa como un auténtico pasaje del terror. Y nos disfrazábamos y lo pasamos muy bien, porque es excusa como otra cualquiera para juntarnos, reírnos, pasar un buen rato y comer sopas de ajo, buñuelos y dulces de chocolate y calabaza -las excusas gastronómicas merece otro post-. Y ya está, no le veo problema a que los niños pasen un buen día pintándose las caras, pidiendo caramelos y vistiéndose de brujas. Al día siguiente, quien sea religioso irá a la misa de los Santos, quien tenga tradición de ir al cementerio, acompañará a su familia, y habrá quien quiera recordar a los suyos en la intimidad de su corazón. O no hará nada de lo anterior pero sí comerá buñuelos en casa un día de descanso o probará la famosa salchicha de Zaratán.

Lo que veo mal es el lío que tienen en la cabeza los peques que dicen "no hay cole porque es Halloween". No, este puente concentra ese cóctel de fiestas que decía al principio. Y cada uno celebrará lo que quiera con el mismo respeto. Al fin y al cabo dicen las pastelerías, las floristerías y el comercio de disfraces que repuntan las ventas estos días, lo que demuestra que también es una fiesta comercial, como otras que ya se instauraron en su día, y de las que también se quejan los mismos... Y recuerda que cuando dejes la escoba y el buñuelo, empezarán los turrones, las uvas y las luces de Navidad. El caso es celebrar... y disfrutar.




martes, 27 de octubre de 2015

Amargaos

Hay una sección en el programa de radio "Lo mejor que te puede pasar" que se llama "El amargao de Twitter" que me gusta mucho porque la gente no deja nunca de sorprenderte. Leen unos cuantos tuits ácidos que han recibido ellos u otra gente famosa, normalmente críticas, algunas veces cercanas al insulto, otras sin ton ni son. En el programa se ríen porque la mayoría de las respuestas no tienen nada que ver con el tuit que han escrito, es sólo hablar por hablar, más bien, criticar por criticar. La verdad es que lo tienes que tomar así, riéndote, porque son eso: amargaos.

Cuando trabajas en comunicación, y más ahora con el boom de las redes sociales, esto es muy habitual. Es la misma crítica que harían en la vida real, pero elevada gracias a estar detrás de una pantalla de móvil y tener acceso a esa gente que antes sólo veías en la tele sin posibilidad de "hablar" con ella. En un curso me explicaron que los 'community manager' suelen contestar en las redes sociales como lo harían en la realidad, y es cierto, si eres amable o borde, se reflejará en tu respuesta. Lo mismo pasa con los amargaos.

Algunos no merecen respuesta, como no lo harías cara a cara. Incluso de algunos, si puedes, te alejarías en la vida real. Es más, aléjate de esos amargaos que te van minando poco a poco tus ganas de vivir, de disfrutar. Esa gente que está observándote para decirte lo que haces mal, esa crítica mordiente, esa gente "descalificadora". Los agresivos verbales que te hacen daño con sus palabras, los envidiosos, los chismosos, los falsos, pero sobre todo los "quejosos". Esos que no disfrutan con nada, que no saborean los pequeños momentos de la vida, que siempre están dando vueltas al mismo tema, que te anulan, te quitan tus sueños sólo porque ellos no luchan por el suyo.

Esa gente es tóxica, perjudica seriamente la salud. Lo malo es que algunos están bien disfrazados y sólo te das cuenta cuando te alejas de ellos.


domingo, 18 de octubre de 2015

Pasión

Anochece en meta. El marcador señala más de 12 horas y siguen cruzando la línea numerosos triatletas exhaustos después de 3'8 km nadando, 180 km en bici y un maratón de 42 km corriendo. Unos héroes. La pasión les mueve las piernas... y su corazón, porque sino, es inexplicable.

Y una les admira y se emociona al verles entrar en meta y cumplir su objetivo, el que sea, cada uno el suyo, bajar un segundo su récord o "simplemente" acabar. Fuerza de voluntad, dicen que se llama.

Y todavía les quedan fuerzas para abrazar a su hijo, su marido o su perro. Y esa familia, mira la medalla y da por válidas las horas de entrenamientos, las tardes sin verse, los kilómetros lloviendo...Hace mucho que se levantaron, a las 6 de la mañana estaban dejando su bici y poniéndose el neopreno. Desde entonces hasta ahora, muchas horas de sacrificio y dolor, de alegría, de ánimos, en cada vuelta aplaudiendo a su héroe, allí estaban, manteniendo su ilusión, confiando.

Hace mucho que llegó el primero, pero seguiremos esperando al último, porque le mueve la misma pasión, y entrará con la misma felicidad. Por eso se merece igual recibimiento, aplaudiremos igual esa lucha y esa entrega, esa meta conseguida.

Hagas lo que hagas, hazlo con pasión. Pero en cualquier meta, en todas las metas de la vida. Llega a tu objetivo. Disfruta el camino. Y cuando cruces la línea, compártelo. Tu familia, tus amigos, quienes están ahí al final del camino, se lo merecen también. Recuerda que estuvieron animándote cuando creías que no podías más, confiaron en ti, todos son parte de ese éxito.

Celébralo, abrázales, emociónate, cree en ti y disfrútalo. Te lo mereces, campeón/a.



domingo, 11 de octubre de 2015

Pilar

Día del Pilar. Desde siempre la única Pilar que existía en mi vida era mi tía y madrina, a la que adoro. Pero hace ya unos años apareció en el trabajo una nueva compañera con este nombre, que poco a poco, nos fuimos convirtiendo en amigas. Aquellos cafés en los descansos nos unieron más de lo que pensábamos, hasta que ese rato era el mejor de la jornada laboral. Confidencias, cotilleos, risas pero también muchas decepciones que compartimos juntas, día tras día.

Así fue mañana tras mañana hasta un fatídico día hace dos años en el que pasó lo peor: se murió su pareja y con él todo su mundo. Aquellos días me marcaron profundamente, ese dolor tan intenso, esa manera de llorar, no poder consolarla con nada, sólo estar ahí y llorar juntas. Poco más podía hacer, nada más que compartir su pena.

Pero a mí me enseñó muchas cosas, un golpe tan duro para aprender demasiadas lecciones. Aprendí lo que es capaz de soportar el ser humano y aún así levantarse, aprendí mucho del amor y de la ausencia, de que nos quejamos por verdaderas tonterías, que hay muchos problemas por ahí, de lo que siempre decimos pero nunca cumplimos: aprovechar el momento. Es una frase muy manida que de repente cobra todo su sentido. En un segundo tu vida cambia y tienes que recomponer todos esos pedazos. Pero aprendí también mucho del compañerismo, observando ves y escuchas cosas que te recuerdan lo mezquinas que pueden llegar a ser las personas, y eso asusta. Da pena pero también miedo.

Durante muchos días fue mi primer pensamiento al levantarme y el último al acostarme, apreciando la suerte que yo tenía y valorándola mucho más. Una pregunta taladraba mis oídos: ¿por qué? Y aunque sigo sin respuesta -sigo pensando lo injusta que es a veces la vida con las mismas personas- un día me cambiaron la pregunta por ¿para qué? Y para ésa sí creo tener la respuesta. Para aprender todas esas lecciones, para valorar la vida, para ofrecerle toda mi amistad, para unirnos más, para que yo fuera un poco su pequeño 'pilar'. ¡Felicidades a todas las Pilares!



lunes, 5 de octubre de 2015

Entretiempo

29 de septiembre, San Miguel, San Gabriel y San Rafael. 18:30. Brilla el sol y todavía hace ese calorcito que hace honor al "veranillo de San Miguel". Una sala de espera cualquiera. Llega una madre y su hija, vestida con el uniforme del colegio, leotardos, jersey y de la mano, un chaleco de esos de plumas. Pienso que exagera. Su madre se sienta, se quita un fular grande que lleva anudado al cuello, se desabrocha la americana negra. En los pies, botines negros con medias. Me miro a mí misma, todavía con sandalias y un pantalón finito con colores veraniegos. Me sorprendo, pero no sé quién tiene razón.

Creo que si hay una época difícil para vestir es ésta. Odio el entretiempo. En otoño, todavía hay quien se resiste -nos resistimos- a guardar la ropa de verano y hay quien saca las botas y el abrigo a la primera de cambio. Estos días me fijo mucho en los pies. Hoy amaneció nublado y con llovizna, y en la cola de la panadería se podía haber montado una zapatería: había botas, botas de agua, zapatos y playeros. Hay mucha zapatilla deportiva estos días como remedio socorrido.

A mí me parece un caos. Sales a pasear al perro por la mañana con chaqueta porque hace un fresco que pa'qué pero llegas a mediodía y vas en manga corta por el sol y con el jersey anudado a la cintura. Si hay una cosa buena de este tiempo son los fulares, pasminas o pañuelos, paso previo a las bufandas, que es otra cosa que me encanta.

Me duele la garganta, aprovecho para ponerme uno de los fulares más gustosos. Pienso en la madre y en la hija de la consulta, que quizás con sus medias hoy no tengan dolor de garganta. Pienso que a lo mejor la equivocada era yo aunque ese día me dieron calor. Pienso en que tengo que hacer el cambio de armario ya. Pienso cuánto durará el entretiempo porque ya que hemos despedido el verano, que llegue pronto el frío y disfrutemos de las botas, la manta, el pijama, la leche calentita y las bufandas -estos son algunos de mis placeres de invierno-. De hecho, ya me equipé con unos gorros nuevos y un cuello...perfectos para mi resfriado.



domingo, 27 de septiembre de 2015

Carta a los Reyes Magos

Érase una vez una niña que cada diciembre escribía así su carta:
"Queridos Reyes Magos, como me he portado bien me gustaría que me trajeséis un perro..." 
Así unos cuantos años hasta que la pequeña Sara pensó que los Reyes no leían nunca la primera línea de su carta porque el cachorro nunca apareció. Cuando se hizo un poco más mayor, se lo pidió a sus padres, cuya respuesta siempre era la misma: "en un piso no se puede tener un perro", "la comunidad no permite perros", lo que tampoco le convencía . "Cuando tengas tu casa, tienes los perros que quieras. Te los llevo con un lazo a la boda".
No fue en la boda, pero un mes y medio después, el día de su cumpleaños, la Sara mayor, ya casada y ya en su casa, abrió la puerta y entró una perrita husky dando brincos. Jamás lo olvidaré. Mi cuñado cámara en mano para inmortalizar esa cara de sorpresa que no pude disimular. En el collar llevaba una carta que todavía conservo:
"Si me aceptas en tu vida prometo compartir contigo todos los momentos, los buenos y los malos...Se me pueden ocurrir ideas peregrinas como tomar los sofás como dormitorio ...Sólo me queda desearte feliz cumpleaños y prometerte que haré todo lo posible para que no te arrepientas de acogerme en tu casa y en tu vida. Tuya para siempre, Yuma".
Y así fue. La acogí en mi casa y en mi vida. Es nuestra casa y en nuestra vida. Para siempre. Yuma fue mi mejor regalo. Siempre lo he dicho. Aunque hoy es un buen día para confesar que aquella primera noche apenas pegué ojo, en parte porque lloró todo el tiempo, pero se mezclaba con ese peso de la responsabilidad de "madre primeriza". Nunca había tenido perro, ¿y si ahora que mi deseo de niña estaba ahí no sabía cómo cuidarle?
Jamás me arrepentí, la prueba está en Tango. 15 días después de llorar amargamente la pérdida de Yuma, otro peludito entraba en mi casa, por la misma puerta, y volví a tener la misma sensación. De nuevo habían ido por mí a rescatar otro perro abandonado -no compres, adopta- para volver a llenar la casa de vida...¡ y de pelos! Dicen que la vida es un Tango y él llegó para ponerle música a nuestra vida.
Y así la Sara adulta comprendió que es cierto eso de que no sabes lo que los quieres hasta que no tienes uno, y yo diría hasta que no pierdes uno. No olvidaré los mensajes "de pésame" que recibí. No se puede explicar porque te toman por loca, pero te devuelven con creces ese primer gesto que tú haces acogiéndoles y se transforma en un amor puro y fiel. Para siempre. "Los animales nos enseñan a ser humanos".



lunes, 21 de septiembre de 2015

El final del verano

Ahora que se acaba el verano ya sólo queda recordar esos pequeños placeres de esta estación. Mis placeres. Mi estación. Aunque cada una tiene sus características, esos pequeños detalles que te alegran el día, cada uno tiene sus gustos personales. Algunos no soportan el calor, otros prefieren andar sobre las hojas caídas de los árboles, otros están a gusto con botas de lluvia y otros con la bufanda y los guantes.

A mí por ejemplo, aunque el otoño no me gusta especialmente porque me pone melancólica, me gustan estos días de cielo azul y ambiente preotoñal, ese colorido naranja y ese olor a nuevo que tiene septiembre. Parece que estrenamos todo, libros y cuadernos, curso y ¡vida nueva!

Pero no cabe duda de que prefiero el verano y así, como homenaje, tras mis primeros placeres de verano ahí van diez más como despedida:

12: Leer en la playa. Es cuando más disfruto de esta afición.
13: Los bikinis. Ya he dicho lo que me gusta comprarlos nuevos, a pesar de que se vean nuestros complejos.
14: Celebrar mi cumpleaños con los que más quiero y recibir tantas llamadas y mensajes.
15: Las sandalias versus andar descalzo. Me gustan mucho las dos cosas, una para la calle, la otra para casa.
16: Que anochezca tarde. Me encantan los días largos, disfrutar de tantas horas de luz.
17: Secarse el pelo al aire libre.
18: Bonitos atardeceres que suele fotografiar. No me resisto cuando veo ese color en el cielo, aunque sí debo destacar uno que vi "en primera fila" en Ibiza, con el sol escondiéndose en el mar como una pelota naranja
19: Las fiestas, las de los pueblos y las de Valladolid, aunque éstas anuncian que ya se acaba el verano. La vida de los pueblos me recuerda siempre al verano.
20: Las largas sobremesas, acabar casi cenando cuando quedaste a comer

Y uno de regalo, un placer sólo de MIS veranos en Gandía, que sólo entenderán algunos: compartir un Agua de Valencia (normalmente, con mis primos). ¡Brindemos por el final de verano y el inicio de un nuevo curso!

lunes, 14 de septiembre de 2015

Uñas de colores

Dicen que las manos revelan la personalidad, pero yo no me fijo en las manos, me fijo en las uñas. Adoro las uñas pintadas, las mías y las de las demás. Y ya no concibo unas uñas de los pies sin pintar en verano, se me hace extrañísimo. Me encanta ver los botecitos de colores todos juntos en la tienda, aunque luego siempre me vaya hacia los mismos tonos: rojos, rosas y granates, en toda su variedad cromática. Creo que me habré pintado una vez de azul y otro par de veces de morado, nunca de verde ni de negro ni de amarillo, por ejemplo. Si no las llevo pintadas, por eso de descansar, o porque no me da tiempo, las llevo con la base o de color natural. Tampoco nunca con el tan moderno 'nail art'.

Pero mis uñas no comparten conmigo esta afición y se empeñan en romperse en cuanto crecen un poco y en descascarillarse. Da igual base endurecedora, que tratamientos de aceite... Dice mi madre que será porque de pequeña me las mordía y ahora se están vengando. El caso es que a los dos días - a veces ni llega- se me ha saltado todo el esmalte y me lo quito porque queda fatal. Envidio a mis amigas cuando las llevan perfectas toda la semana. Y aunque no hay nada como que te las pinte un profesional, a los que recurro en eventos de bodas, bautizos&comuniones, me las suelo pintar en casa, precisamente por eso, porque me duran dos días y sería un gasto enorme. Y no hablo de marcas que no me pagan ni me las regalan (todavía) como a las blogger famosas...

Hace unos años descubrí el esmalte semipermanente que me pareció fantástico, aunque a mí jamás me ha durado los 15 días que dicen. Mis uñas se rebelan de nuevo. Para mí es la mejor opción cuando me voy de viaje, así no llevo los pintauñas ni quitaesmaltes. Y me duran los cinco días que esté fuera. Por eso el año pasado me regalaron por mi cumpleaños la lámpara led para hacer la manicura en casa y oye ¡un invento! No me queda como una profesional pero me dura un poco más que la normal. Me gusta mucho el brillo y que no tienes que esperar esa eternidad para que se sequen, que una que es una impaciente lo lleva fatal y al menor roce se estropean. Sólo tengo un par de colores... no digo nada y lo digo todo...por si alguien me leyera...


Viajar

Si hay algo que me gusta mucho es viajar. Viajar a la vuelta de la esquina o lejos, hacer excursiones al pueblo de al lado o escapadas un poco más largas o unas vacaciones en toda regla. Me encanta y tengo la suerte de poder hacerlo. Aunque todo con sus condiciones. He tenido la suerte de viajar mucho con mis padres de pequeña y ahora de tener una persona a mi lado que comparte esta misma filosofía.

Tenemos poco tiempo y poco dinero, así que esos son los condicionantes a los viajes. Descartamos destinos por tiempo o por dinero. Normalmente no podemos disponer de 2 semanas seguidas para cruzar el charco -aunque sí lo hemos hecho en un par de ocasiones- ni mucho dinero para dar la vuelta al mundo como me gustaría. ¡Hay tantos sitios por ver!

Estos condicionantes hacen que nuestro momento "planear viaje" sea más largo. Entro mucho en internet para buscar vuelos baratos, hace tiempo que no voy a un buen hotel, sino que nos quedamos en otro tipo de alojamientos -si es en territorio nacional suelo buscar que acepten animales para poder viajar con nuestro perro- y a veces tenemos que cambiar de opción porque sale más barato, o de día o incluso de destino. Pero me da igual, lo importante para mí es disfrutarlo, saborearlo, preparar la maleta, visitar sitios, hacer muchas fotos, aprender y conocer mundo.

Y si hay algo que no me gusta es la típica coletilla de "¡cómo vives!". Como si el que lo está diciendo no hubiera pisado jamás una playa o no hubiera ido en coche a otra ciudad. O a lo mejor es verdad que no pero porque no quiere o porque no le gusta, o porque prefiere el remanso de paz de su casa, o quedarse leyendo en el sofá o bañarse en la piscina o ir a las fiestas de su pueblo. Y me parece fantástico porque todo es lícito, cada uno escoge lo que más le gusta. Eso es para mí lo importante: ¡disfrútalo! Si te gusta más comer y tienes el frigorífico lleno de cosas ricas, o prefieres un bolso caro, o vestir a tu hijo con mucha ropa, o gastarte un bono de la piscina, o salir de copas o comprar el último modelo de teléfono o eliges hacer deporte o vivir en una casa más grande...cada uno disfruta con lo que más le gusta. ¡Vive!

Me gusta ir a sitios que no conozco o si ya he estado ver y hacer cosas que no hice la anterior vez, descubrir momentos. Me gusta hacer turismo, visitar los monumentos, comer lo típico, comprar souvenirs... Dicho esto os escribo desde las fiestas del pueblo de mi suegro, así que a seguir disfrutando!!




lunes, 31 de agosto de 2015

Mi Pucela

Acabo de llegar de Zorrilla, del primer partido en casa del Real Valladolid con una victoria. Se me hace raro que la temporada empiece tan pronto, cuando hay gente todavía de vacaciones y hace calor. Eso sí que es raro en este estadio, donde normalmente vas forrado hasta las cejas. De hecho, he ido con mi camiseta de manga corta, que suele estar tapada por un forro polar, y aprovechas la bufanda blanquivioleta para abrigarte bien. El 'merchandising' que funciona en Valladolid es la manta y la sudadera, aunque hoy por un momento fue necesario el chubasquero. El cielo se puso negro media hora antes del partido, lo que confirmó mi teoría de que era raro estar en Zorrilla con calor y tormenta de verano.

Pero me gusta. Me gusta ese aire a nuevo, se respira esperanza, eso que ronda en la cabeza de "a ver qué pasa este año", bueno, no, más bien "a ver si este año subimos a Primera". Me gusta ver al equipo saltar al campo con sus camisetas nuevas. Este año son preciosas. Coincide todo el mundo y eso es difícil. Pero si algo me gustó del día de la presentación -que suele levantar expectación- fue ver a los jugadores Óscar y Álvaro Rubio ser los modelos. Otros años han sido unas chicas muy guapas, pero yo no acabo de entender la relación que tienen que presenten las camisetas de juego del Real Valladolid. Parece que tuviéramos equipo femenino del Pucela. 

Sí, ya sé que es para vender más. Todo es un negocio, puro marketing. Pero si es así, no entiendo entonces el revuelo que ha causado la campaña publicitaria de Rafa Nadal luciendo cuerpo serrano -espectacular, por cierto ;-) Me pareció fatal que un periódico generalista en su cuenta de Twitter preguntara a los seguidores qué les parecía este anuncio y si era quizás "excesivo". ¿Eso se pregunta con la cantidad de anuncios protagonizados por cuerpos esculturales femeninos?

Pues eso, que todo vale para vender. Y hablando de compras y ventas, hacía tan bueno en Zorrilla hoy que no pude lucir mi sudadera nueva del Real Valladolid. Si lo dice hasta el tiempo, el fútbol no es para el verano.




domingo, 23 de agosto de 2015

La playa

Si hay algo de moda que me gusta del verano son las sandalias y los bikinis. Unas sandalias bonitas, de tacón, con las uñas pintadas de los pies, para ir a cenar, ¡me vuelven loca! Pero también unas sandalias planas, para descansar de los tacones y pasear, y hacer turismo, y dejarse llevar...Y andar despreocupada o hacer una escapada, estos son también "placeres de verano".

Y los biquinis también me encantan, a pesar de lo que me cuesta encontrar uno que le quede bien a mis curvas -con esas mini braguitas que hacen ahora de la talla 34-. Esto de las curvas es otro cantar. Pero el otro día decía una chica que "la playa nos iguala a todos" y, en parte, es verdad. Puede que tu biquini sea muy caro o estés en una playa más lejos o más bonita, pero al final ahí estamos las dos, tumbadas al lado, tomando el sol, el mismo sol.

Cada una con sus defectos y sus complejos. Seguro. No conozco a nadie que no tenga alguno, que no quiera estar mejor, ser más alta, más guapa, más baja, más delgada...Tú vas a la playa, sin ropa que te camufle los defectos, pero resulta que la de al lado tiene más celulitis, y el de atrás más barriga, y la de delante menos pecho...y ahí estamos todos, con nuestros defectos al sol.

Ojo, que también hay cuerpos esculturales que lucen en verano el trabajo del gimnasio en invierno. ¡¡Esos sí me dan envidia!! Envidia sana. Es entonces cuando les miro y pienso: "este septiembre me apunto yo y el próximo año luzco así de estupenda....", pero mientras me voy a pedir otro helado. ¡A seguir disfrutando!



domingo, 16 de agosto de 2015

Cumpleaños

3, 2, 1... ¡feliz año nuevo! El calendario ha querido que el tercer post de mi nuevo blog sea sobre mi cumpleaños, que fue hace solo dos días. Además de celebrarlo de vacaciones, con mi familia, en la playa, con una buena comida, me han hecho muchos regalos. Me gustan mucho los regalos, hacerlos y recibirlos, las dos cosas.

Con los regalos han demostrado que me conocen bien, muy bien, reflejan todo lo que más me gusta: ropa (biquinis, vestido, camiseta), bolsos, pulseras, un libro, ropa del Real Valladolid, cosas de scrapbooking, una libreta y un boli para escribir a juego, una estructura para colgar mis collares y fulares y unas entradas para un concierto de Alejandro Sanz. Y así, en un minuto, os he contado todos mis hobbies. Todo lo que me gusta envuelto en papel de regalo. ¡Qué más se puede pedir!

Lo dicho, me conocen bien, aunque también me suelen decir que soy muy fácil de regalar, muy agradecida, todo me gusta, no suelo cambiar los regalos y me vuelven loca las sorpresas. Pero sobre todo los detalles, que yo haya hecho un comentario hace tiempo y que mágicamente se convierta en regalo. Eso sí me gusta, demuestra mucho lo que se han 'currado' el regalo, que han pensado en ti. Por eso también me gusta regalar, buscar lo que quiere la otra persona, y envolverlo con esa ilusión de ver la cara que pondra.

Una vez leí esta frase que me encanta, es pura la verdad

domingo, 9 de agosto de 2015

Placeres de verano

Verano. No me gusta la gente que en verano se queja del calor y en invierno del frío, en diciembre de las Navidades y en Semana Santa de las procesiones...¡qué cansinos! Esto daría para un blog entero pero he comenzado a enumerar mis placeres de verano.

Reconozco que juego con ventaja porque a mí me gusta mucho el verano y lo que representa -ya veremos si me salen tantos "placeres de invierno"...- pero sobre todo me gusta esas cosas que sólo se permiten en está epoca, esa sensación de descanso y de libertad.
  1. Compartir con tu perro un café/helado en una terraza a la sombra. Sé que este sólo lo entenderán los dueños de perros, pero para mí es un placer compartir un ratito de ocio con él.
  2. Compartir un buen mojito con una buena amiga y buena conversación en una terraza por la noche. Ya me conoceréis, pero me gusta mucho hablar, los mojitos, las amigas y las terrazas. Combinación perfecta.
  3. Compartir cena y copita con otra pareja de amigos. Este se puede hacer en invierno perfectamente pero parece que el verano invita más a salir.
  4. Barbacoa con amigos. Esto se ha convertido ya en una tradición en el grupo de amigos, que sumado al siguiente punto, resulta también una jornada espléndida.
  5. Sol y piscina. Me gusta tomar el sol y refrescarme en la piscina cuando ya tengo mucho calor.
  6. Helados. Sin explicación, me pirran...preferiblemente artesanos y de cucurucho.
  7. El "gran placer": el mar y la playa. Aquí no tengo nada más que añadir, simplemente me encanta.
  8. Levantarse sin despertador, incluso estar sin reloj todo el día. Libertad.
  9. Desayunar en la terraza tranquilamente leyendo el periódico. Tranquilidad.
  10. La siesta. La de verano sabe mejor...
  11. Andar todo el día por ahí sin maquillar, morenita y relajada.
A la hora de escribir este post llevo enumerados estos placeres de verano, que seguro me saldrán más antes de acabar esta estación. Mientras tanto, a seguir disfrutando, quedan muchos días, muchos placeres, mucho verano...

domingo, 2 de agosto de 2015

Disfrutando

Hoy es un día como otro cualquiera para empezar un blog...o no. Hoy comienza agosto y este mes siempre ha sido muy especial para mí. Agosto significa verano, vacaciones, playa, sol, familia, viajes, helados, mi cumpleaños...y a mí todo esto me encanta. Por eso quizás me lanzo en este mes a esta aventura blogger, con mi dudas, pero a mí escribir me gusta desde niña y este verano todo es diferente.

Mis vacaciones comenzaron este año antes del mes de agosto, "obligada" por un despido en el trabajo que me hizo cambiar el chip y plantearme descansar de verdad. Así que llevo diez días en la playa...disfrutando, con todas las letras. Disfrutar es un verbo que me gusta mucho como suena y lo que conlleva. Es vivir la vida, es amar, soñar, reir, jugar, aprovechar el instante, apreciar los pequeños momentos que al final resultan ser grandes.

Yo soy muy disfrutona, si es que esta palabra existe. Eso es lo que estoy haciendo ahora y para darme mejor cuenta voy desglosando los "placeres de verano", no para dar envidiar a mis amigos, sino para saborearlos mejor...pero eso será ya otra entrada. Mi segunda entrada en esta nueva aventura de este verano diferente.