El café es desayunar, es despertar.
Es aroma.
Es parar de viaje a tomar un café.
Es una charla con una amiga.
Son dos tazas en la mesa.
Es compartir.
Es relax, es ocio.
Es negocio, es trabajo.
Es conversar.
Es reposar la comida.
Es una pausa.
Es redesayunar.
Es una sobremesa larga.
Es leche caliente en invierno o hielos en verano.
Es quedar a tomar un café aunque luego pidas otra cosa.
Es bajar al café con los compañeros del trabajo.
Es intimar, es desahogarte.
Es desconexión.
Es socializar.
Todo esto significa para mí una taza de café.
Nunca pensé que en la definición en wikipedia pusiera que "se acostumbra a tomarlo para entablar conversaciones" y que es "una de las bebidas sin alcohol más socializadores en muchos países". Es verdad.
Yo he sacado grandes amigos del trabajo bajando a tomar café, y también cuando las cosas se torcieron el grupo del café se difuminó. No invitarte a esa pausa laboral fue signo de que algo iba mal. La gente que trabaja desde casa dice que es lo que más echa de menos. Por algo será.
No soy persona hasta tomarme un café por la mañana, uno de mis placeres es quedar en una terraza con una amiga y, sin duda, el café sabe distinto en la playa mirando al mar.
Así que, aunque sea virtual, espero que te tomes un café mientras lees mi blog. Te invito.
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