Estos días estamos recordando los 10 años que la Selección Española de Fútbol ganó el Mundial. Y a todos se nos viene a la cabeza una imagen, la primera nada más que te dicen este recuerdo. Lo primero que se me viene a mí es: "¡¿10 años?! ¡Pero si lo recuerdo perfectamente!". Después, una fotografía en rojo de mareas de gente celebrando y la mítica instantánea de Iker Casillas alzando la Copa al cielo entre gritos de alegría, que parece que los puedes oír todavía.
Porque cada uno se acuerda de donde estaba en ese momento, dónde lo vio y con quién se abrazó para compartir ese momento de felicidad. Esa es la diferencia, hay otras fechas que también recordamos dónde estábamos pero para mal (léase 11S, 11M...). Y es que aquellos días ese sentimiento de alegría era común, no importaba nada más, todo el país viendo un partido y celebrando unido ese júbilo. Todos con los mismos colores, viendo en bucle las mismas imágenes y juntos cantando orgulloso ¡yo soy español!
Esto mismo han recordado los jugadores en diversos reportajes, que les hacía especial ilusión haber llevado ese entusiasmo a todo un país y ver las calles llenas de gente felices y unidos. Pues esto es a lo que me gustaría apelar hoy, diez años después, en una situación bien distinta, en medio de una pandemia. Repetir hasta la saciedad el lema acertado del Ministerio de Sanidad: este virus los paramos unidos.
Ya lo dice la RAE, unido: "acercar una cosa a otra para que formen un conjunto o concurran al mismo objeto o fin. Dicho de varias personas: confederarse o convenirse para el logro de algún intento, ayudándose mutuamente".
Si todavía tienes dudas, echa para atrás en mi blog donde hablo de solidaridad y empatía. Y sino, mira todavía más atrás y recuerda aquellos días de julio de 2010 en el que fuimos felices unidos.
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