Ante todo personas. Independientemente del trabajo que tengas, del equipo de fútbol del que seas socio o del partido político al que votes, primero somos personas, vecinos, compañeros...¿no es así?
Esta reflexión se ha visto intensificada con el susto de Iker Casillas; parecía que llamaba mucho la atención los mensajes de ánimo que le mandaron rivales como Piqué, exentrenadores como Mourinho... y tanta gente anónima en los alrededores del Camp Nou que estaban consternados al enterarse de la noticia. Porque hicimos "noticia" de estas reacciones. No sé por qué nos sorprende algo que debería ser tan natural ¿no?
Me gustó mucho cuando oí en la radio que era como si le hubiera pasado a un pariente de nuestra familia, para algunos sería como un familiar cercano y para otros un primo lejano...pero familia al fin y al cabo. El mismo que un día nos hizo felices a todo un país, unido, un día en el que no había colores ni equipos ni partidos, sin distinciones.
Una vez le dije a un amigo que era mejor persona que deportista porque así lo creía, porque creo siempre que primero somos personas y luego nuestra profesión. Así lo opino de muchos personajes públicos, Casillas entre ellos, y Rafa Nadal es otro de ellos. Independientemente del número que ocupe en el ránking mundial del tenis, para mí siempre es un número 1 como persona.
Lo mismo ha ocurrido con Alfredo Pérez Rubalcaba. Todos los líderes políticos, de distintos signos, que el día anterior se insultaron en campaña electoral, los mismos que tienen ideas tan dispares coincidieron en alabar su trayectoria, su inteligencia, sus debates parlamentarios, lo calificaron de hombre de estado y de todo terreno de la política. Mensajes de apoyo y palabras de admiración, todo envolvía un respeto que otras veces cayó en el olvido.
Y así debería ser siempre, poder reconocer lo bueno del resto de personas, aunque estén lejos de nuestras ideas, sin esperar a sustos o desgracias.
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