Conciliar es una palabra que está de moda y no parece que sea pasajera, teniendo en cuenta los tiempos actuales en los que las madres se piden bajas maternales, los abuelos cuidan de los niños, van a clases extraescolares hasta la hora de salida del trabajo de los padres...
Sin querer entrar en este delicado asunto familiar porque me parece que es un gran problema de la sociedad actual, no tengo hijos pero sí ojos, y visto desde fuera veo muy buenos padres implicados en la educación de sus hijos, papás (no muchos) en la puerta del colegio o médico etc, pero la buena noticia es que vamos mejorando.
Aunque también veo mucha desigualdad entre madres y padres, por lo que me gustaría contar una anécdota de una experiencia personal, que puede quedarse sólo en eso o dar qué pensar.
En un grupo de 27 chicos y chicas de 10 años, a los que le pedí el número de teléfono de su padre o madre -algunos no se los sabían, lo que me sorprendió porque me habían dicho que se les enseña desde temprana edad por si se pierden- sólo 4, repito de 27, me dieron el número de sus padres (en masculino).
Puede que sólo sea un chascarrillo pero a mí me pareció significativo si los niños se aprenden el contacto de las madres para llamarles desde el colegio en caso de una emergencia, ¿a quién van a avisar? ¿quién va a salir del trabajo para ir a buscarle? ¿quién se quedará con él porque estaba malo?
Sigo con mi historieta: de esos 4, cuando les mandé un mensaje presentándome y diciéndoles que les iba a incluir en un grupo, dos me dieron el contacto de sus parejas para que las metiera a ellas.
No hay más preguntas, señoría.
lunes, 25 de noviembre de 2019
viernes, 8 de noviembre de 2019
Viajes navideños
Por un día voy a convertir este blog en una de esas bitácoras de viajes donde los influencers recomiendan destinos, ponen fotos preciosas y hablan de consejos patrocinados. Porque aunque a mí no me paga nadie, yo también tengo imágenes bonitas en mis álbumes y puedo hablar desde mi experiencia de viajar en esta época que se avecina, que sin duda tiene un encanto especial.
Me gustaría recordar cualquiera de los post anteriores de otros años, en los que he hablado de algunos de mis viajes de diciembre: Viena, Budapest, Estrasburgo y Alsacia o el último, a Laponia. Y aunque no hay nada escrito aquí porque fue antes de empezar el blog, también fuimos otro año a Brujas y a Alemania.
Sí quisiera dar algunos consejos prácticos:
Me gustaría recordar cualquiera de los post anteriores de otros años, en los que he hablado de algunos de mis viajes de diciembre: Viena, Budapest, Estrasburgo y Alsacia o el último, a Laponia. Y aunque no hay nada escrito aquí porque fue antes de empezar el blog, también fuimos otro año a Brujas y a Alemania.
Sí quisiera dar algunos consejos prácticos:
-Son destinos muy turísticos y en el puente de diciembre hay mucha gente, con todo lo que eso conlleva, colas, restaurantes llenos, imposible hacer fotos solos, y -espero que no- robos.
-Hace frío, y más si procedes de alguna ciudad que no está acostumbrada, así que lleva ropa térmica, botas, abrigo, gorro, bufanda y guantes. Vístete por capas, mejor quitarse si es que llegas a tener calor.
-Hay muchas cosas que ver y muchas cosas que fotografiar, cámara de fotos y/o móvil con batería y espacio suficiente.
-Párate en cada puesto de mercadillo y también en los de comida típica, y sobre todo, siente la Navidad. No vayas si no te mueres por los adornos navideños o si te saturan las luces. Cree en la magia y vuelve a ser niño.
Pero sobre todo me gustaría que me hicieras alguna pregunta o duda que tengas, siempre que no sea por favor cuál me ha gustado más. Siéntete libre para preguntarme quizás por el más diferente que hemos hecho que fue Laponia, que nos dio la oportunidad de dar de comer a los renos y pasear en trineo tirado por huskies. Y no hace falta que me preguntes por Papá Noel, ya te doy la respuesta: sí, existe. Lo he visto con mis propios ojos y eso será algo que no olvidaré.
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