Aunque ya hace un mes que llegó la primavera como suele pasar hasta que no llegan los días soleados y se va un poco el frío no parece que estemos estrenando estación. Y como he hecho otras veces, esta también tiene sus placeres.
Para mí el primero, lo que comentaba al principio, más días de sol y mejor tiempo, que a mí me da la vida. Esa luz y calor me transmiten alegría. El segundo, los días son más largos. Aunque nunca he entendido el ahorro ese de las mañanas con el cambio de hora, por la tardes es una gozada tener más horas de luz, ver a la gente paseando, los parques llenos de gente y de vida.
Otro de mis placeres de primavera es obvio por el calendario: se acerca el verano y con él sus placeres. Sé que mucha gente no va a estar de acuerdo porque prefiere el invierno, pero como yo soy de los meses cálidos, pues para mí estos tres placeres van unidos: el buen tiempo, los días largos y la proximidad del verano. Con más tiempo al aire libre, comienzan los picnics y barbacoas, ir al pinar o al parque o a la piscina. Y comenzar a programar las vacaciones, reservarlas, soñar con ellas que cada vez están más cerca, incluso hacer una escapadita del fin de semana. Otro de mis placeres al aire libre es salir al jardín a leer o a hacer manualidades.
Las flores. Me encantan los árboles en flor, los colores, parece que todo tiene más luz. (Lo siento mucho por los alérgicos). Aquí incluyo una recomendación para quien no haya visitado el Valle del Jerte, con sus cerezos en flor en todo su esplendor.
Las comidas más ligeras.Y la ropa también más ligera. Vuelvo otra vez a que todo es más colorido, la ropa incluida. Esos colores brillantes, amarillos, fucsia, ácidos...Sacar las bailarinas y las sandalias del armario y desterrar las botas. Comer ensalada y zumos de fruta que me encantan y ese primer helado me sabe a gloria.
Tomar el sol. Aunque todavía no se puede tumbar uno en bikini al sol, ya se puede ir cogiendo color con los paseos matutinos con el perro y sentarse en una terraza y sentir los rayos de sol en la cara. Poco a poco, ir quitándose ese blanco nuclear de la piel.
Es la época de las celebraciones: bodas y comuniones, sobre todo. A ponerse guapa y pasarlo bien con la familia y los amigos. Yo, desde luego lo hago, aprovecho para estar más al aire libre, me encanta salir a dar paseos más largos con el perro, leer en el jardín, tomar algo en una terraza, planeo las vacaciones, siento el sol y su energía, y disfruto del buen tiempo. ¡A disfrutar!
lunes, 25 de abril de 2016
Placeres de primavera
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lunes, 18 de abril de 2016
Capital del rugby
Pues aunque iba a escribir de otro tema, hoy en Valladolid es un día tan grande -deportivamente hablando- que la final de la Copa del Rey de rugby ha eclipsado a toda una ciudad...y también mi blog. Y aunque no he ido al estadio Zorrilla a verlo, me ha "salpicado" de lleno -positivamente hablando-.
Partiendo de la base de que no entiendo de rugby y que tenía otros quehaceres y no he podido ir, sólo por ver a tanta gente hablando de Valladolid ha merecido la pena. Bienvenida sea una final de rugby en el estadio de fútbol si eso ha servido para que unos amigos vengan desde Pamplona a ver el partido. Bienvenida sea si Valladolid se ha colado un minuto en el telediario nacional para hablar de la final. Bienvenida sea si eso atrae a más gente a que venga a la ciudad y, como en los buenos tiempos del fútbol, las aficiones paseen por la ciudad, comen y gasten. Bienvenida si se llena un estadio de fútbol por primera vez para un partido de rugby. Bienvenida sea si parecía una de las grandes citas del Seis Naciones. Bienvenida si viene el Rey desde hace no sé cuántos años que no entrega la Copa. Bienvenida sea si él y mucha más gente se ha llevado en su retina esa imagen de 26.000 personas abarrotando un estadio de fútbol con un comportamiento ejemplar. Bienvenida sea si Valladolid dice alto y claro que es la capital del rugby.
Porque no olvidemos que este partido, esta final entre equipos vallisoletanos, este derbi lo ha habido otras veces y no hemos tenido todos estos beneficios. Ni en sueños nadie pensaba en que la Casa Real dedicara no uno, sino varios tuits, a un partido de rugby. O yo por lo menos no pensaba que iba a tener a estas horas las redes sociales inundadas de fotos y vídeos de un día histórico. Y aunque ha habido cosas que no me han gustado y, como se dice ahora, mucho "postureo" y mucho entendido, lo doy por válido si se saca provecho a todo ello. Si los tan manidos "valores del rugby" y del deporte calan en todos esos niños que hoy entraron gratis al estadio, si esa actitud del público es la que empiezan a tener siempre en este y en el resto de los deportes. Y, como he dicho antes, aunque no haya ido al estadio ni entienda ni supiera qué equipo quería que ganase, he visto el partido por la televisión sólo porque eran dos clubes vallisoletanos jugando un partido en el estadio de mi Valladolid.
Partiendo de la base de que no entiendo de rugby y que tenía otros quehaceres y no he podido ir, sólo por ver a tanta gente hablando de Valladolid ha merecido la pena. Bienvenida sea una final de rugby en el estadio de fútbol si eso ha servido para que unos amigos vengan desde Pamplona a ver el partido. Bienvenida sea si Valladolid se ha colado un minuto en el telediario nacional para hablar de la final. Bienvenida sea si eso atrae a más gente a que venga a la ciudad y, como en los buenos tiempos del fútbol, las aficiones paseen por la ciudad, comen y gasten. Bienvenida si se llena un estadio de fútbol por primera vez para un partido de rugby. Bienvenida sea si parecía una de las grandes citas del Seis Naciones. Bienvenida si viene el Rey desde hace no sé cuántos años que no entrega la Copa. Bienvenida sea si él y mucha más gente se ha llevado en su retina esa imagen de 26.000 personas abarrotando un estadio de fútbol con un comportamiento ejemplar. Bienvenida sea si Valladolid dice alto y claro que es la capital del rugby.
Porque no olvidemos que este partido, esta final entre equipos vallisoletanos, este derbi lo ha habido otras veces y no hemos tenido todos estos beneficios. Ni en sueños nadie pensaba en que la Casa Real dedicara no uno, sino varios tuits, a un partido de rugby. O yo por lo menos no pensaba que iba a tener a estas horas las redes sociales inundadas de fotos y vídeos de un día histórico. Y aunque ha habido cosas que no me han gustado y, como se dice ahora, mucho "postureo" y mucho entendido, lo doy por válido si se saca provecho a todo ello. Si los tan manidos "valores del rugby" y del deporte calan en todos esos niños que hoy entraron gratis al estadio, si esa actitud del público es la que empiezan a tener siempre en este y en el resto de los deportes. Y, como he dicho antes, aunque no haya ido al estadio ni entienda ni supiera qué equipo quería que ganase, he visto el partido por la televisión sólo porque eran dos clubes vallisoletanos jugando un partido en el estadio de mi Valladolid.
domingo, 10 de abril de 2016
Celebraciones
Perdón a quien me lea que esta semana no he aparecido, he estado recuperándome de unos días muy ajetreados pero geniales. El fin de semana pasado tuve un completo de celebraciones, con cena, cumpleaños y bautizo incluido. Celebrando la vida, un año más y una bebé más ... porque si algo nos gusta es celebrar. El otro día me lo confirmó un artículo que leí: el 95% de los españoles ha celebrado algo (lo que quieras) en el último año. El 71% declara que le gusta mucho o bastante, de lo que se deduce asombrosamente que al 29% restante no.
Esto es raro porque es la excusa perfecta para reunirte con tu gente y a veces los mejores planes surgen sin planearlos. En mi familia y amigos somos muy de celebrar, de disfrutar las cenas, los cumpleaños, hacemos una reunión familiar por menos de nada, algunas pequeñas y otras de esas que marcas meses antes en el calendario. En el artículo me veía perfectamente reflejada porque decía que los motivos favoritos para celebrar son los cumpleaños, las reuniones familiares y las quedadas con amigos. Pero tiene que haber muchas más porque cada español celebra una media de 37 acontecimientos al año, que es más de tres al mes, vamos, prácticamente cada fin de semana...
Y lo que decía el artículo ya lo dije yo en el post de las excusas gastronómicas que lo que no puede faltar en una buena celebración es la comida. Pero con unos datos estadísticos cuanto menos sorprendentes: la gastronomía (25%) y la bebida (16%) lideran el ranking muy por encima de la alegría (13%), la música (11%), la familia y los amigos (10%) y el buen ambiente (8%). Me llama la atención porque lo mejor de una buena celebración es cómo te lo pasas. Al final, estaría muy rico el lechazo y el vino sería muy bueno, pero al menos yo lo que recuerdo es si me reí, si estaba cómoda, con quién me senté, lo que hablé, si me divertí...en definitiva, si disfruté.
Eso es lo importante para mí. Cada cosa en su momento. Está claro que cuando se es más joven se prefiere salir con los amigos de fiesta y, a más edad, cobra más importancia estar con la familia y quedarse en casa, que también tiene su encanto. Un domingo casero de esos de los que hablaba de chándal, sofá y peli. Depende de la vida que lleve cada uno y del trabajo que tengas entre semana, de lo que veas a tu familia y amigos, pero a veces tener la agenda desocupada es una delicia.
Esto es raro porque es la excusa perfecta para reunirte con tu gente y a veces los mejores planes surgen sin planearlos. En mi familia y amigos somos muy de celebrar, de disfrutar las cenas, los cumpleaños, hacemos una reunión familiar por menos de nada, algunas pequeñas y otras de esas que marcas meses antes en el calendario. En el artículo me veía perfectamente reflejada porque decía que los motivos favoritos para celebrar son los cumpleaños, las reuniones familiares y las quedadas con amigos. Pero tiene que haber muchas más porque cada español celebra una media de 37 acontecimientos al año, que es más de tres al mes, vamos, prácticamente cada fin de semana...
Y lo que decía el artículo ya lo dije yo en el post de las excusas gastronómicas que lo que no puede faltar en una buena celebración es la comida. Pero con unos datos estadísticos cuanto menos sorprendentes: la gastronomía (25%) y la bebida (16%) lideran el ranking muy por encima de la alegría (13%), la música (11%), la familia y los amigos (10%) y el buen ambiente (8%). Me llama la atención porque lo mejor de una buena celebración es cómo te lo pasas. Al final, estaría muy rico el lechazo y el vino sería muy bueno, pero al menos yo lo que recuerdo es si me reí, si estaba cómoda, con quién me senté, lo que hablé, si me divertí...en definitiva, si disfruté.
Eso es lo importante para mí. Cada cosa en su momento. Está claro que cuando se es más joven se prefiere salir con los amigos de fiesta y, a más edad, cobra más importancia estar con la familia y quedarse en casa, que también tiene su encanto. Un domingo casero de esos de los que hablaba de chándal, sofá y peli. Depende de la vida que lleve cada uno y del trabajo que tengas entre semana, de lo que veas a tu familia y amigos, pero a veces tener la agenda desocupada es una delicia.
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